ALGO FEO DEL FUTURO PASADO
“¿Qué ocurriría si día y noche te persiguiese furtivamente
un demonio que dice: Esta vida, cómo la vives y la has vivido,
tendrás que vivirla innumerables veces, y en ella no habrá nada nuevo.
Cada dolor y cada placer, cada pensamiento y cada suspiro, pequeño o grande
deberá volver a ti, en el mismo orden y en la misma secuencia…?”
Nietzsche. 341. El peso más pesado. La Gaya Ciencia
La cultura romana imperial vio en el águila un pájaro glorioso, emblema de su triunfo universal sobre las demás naciones. Así, desde la antigua Roma, el águila no ha dejado de representar poder y victoria. Al mismo tiempo, este animal sirve como metáfora de la agresión física y pone al descubierto la permeabilidad de los límites de nuestra propia humanidad presuntamente civilizada, hacia el irreducible salvajismo que habita en el ser humano.
Para la muestra Algo feo del futuro pasado, Víctor Lucero utiliza en la acuarela pinceladas duras con una función discursiva donde la utilización del animal vivo en rituales y escenas son atribuidas a nociones abstractas que nos pueden remitir a mensajes políticos y sociales. Imágenes que apelan al desprestigio, la brutalidad de la guerra y al terror de su infamia. Esa infamia que se repite cíclicamente porque es un hecho humano, que no atiende a la violencia en sí, sino al discurso político que sirva. “¡Debéis amar la paz como medio para nuevas guerras y la paz más corta que larga!” En Nietzsche, la guerra es una transmutación en la escala de valores, donde afecta la psique del ser humano que lo libera de tensiones a las que de ordinario se ve comprometido. El resultado es un comportamiento exuberante que incide en su actitud, en su proceder y hasta como estímulo para la creación.
Así pues, encontramos en la obra de Víctor Lucero una invitación a reflexionar en cómo nos relacionamos o reaccionamos ante el conflicto y la tragedia, donde se plasma el dolor y la pérdida que va dejando una huella profunda.
Alonzo Cruces














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